miércoles, 22 de abril de 2009

No me matéis! Es que Río me confunde...

Así fueron recibidos los tripus del Telefónica azul a su llegada a Río...


Hola a todos,

No hay excusas que valgan, como dicen mis chicos, los que están ahora en los barquitos dale que te pego para llegar a Boston, ciudad a la que llegué ayer tras un mes y tres días en el bendito Brasil... ¡Qué país! Yo no me quería ir, y como yo el resto de la Armada Española, esto es, María, eli y una servidora...

Muchas cosas han pasado en 40 días, tantas que aunque quisiese recapitular no podría hacerlo. Pero una cosa sí puedo asegurar: le hemos sacado partido a la ciudad. Niteroi, Ipanema (nos encontramos a Carlos Sobera, el de quieres ser millonario) Corcovado, Copacabana, Leblon, Barra, a Lagoa... Y luego Buzios (al norte de Río, un sitio chulísimo) e Ilha Grande, a dónde fuimos la última semana antes de irnos.

Como aquí ya es tarde ( van a ser las 23.00 y me levanté hoy a las 5 am), voy a ir de momento colgando algunas fotos. Ya os explicaré más, más adelante... Pero sí, estoy negra. Y sí, Brasil es un país que vale la pena....

¡Un bico a todos!




Aquí Bruna, su madre, Eli y Barbie enfrente a la pousada en la que nos alojamos en Buzios, en la primera semana en Brasil: Solar do Peixe Vivo


La Muiña con el Corcovado, estírate a ver si lo pillas...


Vistas de Río de Janeiro desde el Corcovado


En Buzios, en una playita cogiendo energías para seguir con la ruta...


Esto es Ilha Grande, una fotito desde la ventana de la habitación de Yolanda, una compañera del equipo con la que fuimos a esa isla paradisiaca en la que por haber no hay ni coches. No os podéis imaginar qué gozada...



Uno de los días nos fuimos a hacer una ruta por la isla, cruzar de un lado a otra, desde nuestra casita hasta la playa Lopes Mendes, muy conocida entre los surfeiros... Caminamos durante unas 2 horas por el medio de la selva y unos caminos que no os quiero nin contar... Estaba nublado pero la humedad era increíble y no parábamos de sudar, pero valió la pena. Este es un ejemplo de las vistas que nos encontramos por el camino...


Un bar en Buzios... Sin comentarios.


Otro de los días en Ilha Grande, el que nos fuimos de ruta hasta Lopes Mendes. Allí nos encontramos con Dudu, Ido, Eli y Yolanda. La ida fue muy bonita andando, pero la vuelta apañamos con un pescador de por allí y por 10 reales volvimos en barco a casa...


Dudu y yo en Lopes Mendes, jugando al deporte nacional este mes en Brasil: las palas...


Eli volviendo en el barco. Eol fondo no es un cuadro por mucho que lo parezca, así eran los colores del atardecer en Ilha Grande. Impresionantes.


Este era el hostel en el que nos alojamos en Ilha Grande. Una casita preciosa y en la que literalmente la Armada Española ocupaba la sala de recepción para chulear internet para trabajar... La gente de allí eran majísimos.


Frederico y Muiña. Él era el dueño del hostel en el que estábamos. Un brasileiro muy majo pero más tarado que unas maracas... Un día nos llevó de paseo en su lancha.


Eli y yo intentando, aunque no se vea en la foto, secarnos de la mojadura que habíamos pillado de camino al hostel en Ilha Grande. Ibamos andando por la playa (para ir al pueblo era el camino que había, la playa) y de repente toda la isla se apagó. Se fue la luz y empezó a diluviar. En nuestro camino llegamos a otro hostel, sin luz claro, y de repente nos encontramos en medio de una fiesta con guiris y locales vestidos con togas blancas... En cuanto pudimos, pies para que os quiero!!! A saber cómo acabaría aquel festín...


Y como no, no nos podíamos ir de Ilha Grande sin hacer snorkel, ou o que é o mesmo, poner las aletas, el tubo, las gafas y a explorar los mundos marinos!!!


Como sucedió a lo largo de la historia con muchas islas (tenemos un ejemplo al lado de casa, a illa de San Simón, na ría de Vigo), en sus tiempos Ilha Grande fue un lugar donde encerraban a los enfermos de cólera. Con el tiempo pasó a convertirse en una cárcel que finalmente acabó desapareciendo... Lo que todavía quedan son algunas zonas en ruinas... En la foto no se aprecia pero os puedo asegurar que era claustrofóbico...


Otra de las rutas en Ilha Grande fue la del acueducto y las ruinas de la cárcel que os acabo de comentar. Y en medio del camino un cartel que indicaba a "praia do galego". Si es que estamos en todas partes...


Esta en una de las hamacas que teníamos en el hostel, hablando con los brasileños que por lo general está como cabras así que imaginaros los brasileños isleños...


Y también pasa en Brasil que te estás dando un baño y de repente, como no quiere la cosa, te encuentras una pedazo estrella de mar...


Otro día más y mejor, que estoy cansadiña...