Primeras 24 horas en Ciudad del Cabo...

Hola! Hace poco más de 24 horas que llegué a Ciudad del Cabo y en todo ese tiempo apenas he dejado de escuchar música... Ahora, mientras escribo desde aquí, una sala de prensa prácticamente desierta yq, se escucha a un virtuoso y un tanto melancólico saxofonista...

El pasado lunes, sobre las 15:00, me monté en el coche acompañado de D. Daniel y Dña. Maricarmen que me dejaron en Vigo. Primero, a la oficina, a decir adiós al jefe y coger las últimas cosas. Luego, a las 17:00, cambio de coche, el de D. Fernando (padre de la Muiña) que muy amablemente nos llevó hasta Porto para coger el primero de los tres aviones que nos traería a Ciudad del Cabo.Primera lucha: que no nos dejasen el bolsillo temblando por el exceso de equipaje. Yo estaba dentro de los límites, pero María se pasaba un poco. Comprensible y normal, teniendo en cuenta que ella es fotógrafa y, por consiguiente, tiene que llevarse todo un equipo que es de todo menos liviano... La cosa no salió cómo esperábamos... Ésta será una historia para contar en otra ocasión...
Segunda lucha: ¿nos dan cena en el avión o no? (Esta frase es del gran Juanillo, mi hermano adoptivo y novio de la Muiña. Qué grandes, los chanitos!!!!). Pozi. Nos subimos en Lisboa al avión, nos dieron de cenar, y ya sabéis lo que tardo yo en dormirme... 0, ("cero coma")... Así que a las 00:00 españolas estaba despegando de Lisboa y cuando abrí los ojos eran las 10:00 y quedaba una hora para llegar a Johanesburgo... ¡Mejor imposible!!!!Y de ahí a Ciudad del cabo. Nos vino a recoger al aeropuerto un señor muy simpático con un cartel que ponía Muiña, Paz, Benito y nos llevó a nuestra fantástica casa... No sé porque pero me recuerda a "Memorias de África"... Con sus lámparas, sus cojines colorido, su mesa larga de madera maciza, y una bañera... ¡Qué bañera! De esas como las de antes con sus patitas,y unas velitas al lado...................
Aún no nos ha dado mucho tiempo a ver la ciudad pero tiene muy buena pinta. La gente es peculiar cuando menos... Si mi madre se desespera con mi tranquilidad, si viene aquí le da algo!!!!! Son un poco paradillos y para cualquier tontería vienen 5 personas... Me recuerda un poco a Cuba...

Por ejemplo, nada más llegar un grifo del baño de arriba dejo de funcionar. Así que llamamos a la recepción de los apartamentos…

En un ratillo, veo que dan un grito abajo y me acerco. El chico de la recepción, muy majo por cierto, me dice que viene a arreglar el grifo… “Perfecto, pasa, pasa..”. Yo esperaba que él fuese el único, pero de repente empieza el desfile de negros (sin ánimo de ofender a nadie)… ¡Alaaaaaaaaaaa! Uno, dos, tres, cuatro… Hasta ahí. Ti-ti-ti-ri-li-li-ri-li-ri… (Me recordó a los camareros del Rosita en las bodas)… Uno detrás de otro por toda la casa, hasta llegar al baño. Total, que uno se pone a mirar el grifo y los otros tres a mirar cómo lo mira el otro. “Me hace falta una rosca del 4”, dice uno. Y….. Alaaaaaaaaaaaa… ! Uno, dos, tres, cuatro… Ti-ti-ti-ri-li-li-ri-li-ri… Se van todos, uno detrás de otro, a buscar la rosca del 4… Y vuelta a empezar… Total, que arreglaron un grifo. El otro, para mañana…

Bueno, tengo que dejar de soltar tanto rollo que en un ratillo me voy con Yolanda, Eli, Helena de la Gándara y los chanitos a cenar a un Japo…


Isto é todo por hoxe. Boas noites e deica mañá (Mi tributo a Santiago Pemán).