Bye-Bye Sudáfrica! Hello India!

Aunque os parezca mentira, ahora mismo estoy escribiendo estas líneas desde el avión que nos lleva de Johanesburg (Sudáfrica) a Dubai (Emiratos Árabes Unidos), donde haremos escala antes de coger el siguiente vuelo a Cochin (India). Viajamos con Fly Emirates (lechuguita: dinlle a tarxeta á azafaifa para que pasase os puntos, tranquila!), sin duda la mejor compañía aérea en la que he volado desde la primera vez que me subí a un avión (llevo varios minutos intentado recordar cuando sucedió eso, y la verdad es que…….. ¡ya no lo recuerdo!).

En estos momentos, según indica la pantallita, estamos pasando muy cerca de Mombasa y nos quedan 4 horas y media de vuelo hasta Dubai. Desde que nos metimos en el avión me ha dado tiempo a echar una siestecilla, comer algo, ir al baño, mirar una peli, charlar con los de al lado, ver un par de capítulos de Friends (en inglés son más coñeros aún) y ahora ya tenía mono de teclado…

Los últimos días en Ciudad del Cabo fueron intensos. La salida: el sábado, con un tiempo estupendo y un montón de gente para despedir a la flota y a los chicos, A eso de las 6:00 ya estaba despierta (las 5:00 en España, moito me acordei de Cambados… “Seguro que Betty Boop y Montero aún andan por ahí de farra, y alguno que otro más que aprovecho para saludar… ;-). Con las salidas, siempre hay un poco de nervios. Comienza una nueva etapa, la emoción se palpa en el ambiente y uno nunca se acostumbra a ver a los niños igual de melancólicos que las mujeres y las novias… Y yo, por encima, por el medio, “poneros en la popa en línea para la foto”, “la familias a este lado, por favor”, “Pepe, ¿con ganas de empezar la etapa?” A veces me pregunto cómo es que no me dan con la grabadora en la boca, jejeje, pero ellos entienden que yo tengo que hacer mi trabajo y ellos el suyo.

La salida estuvo chula, la verdad. Table Bay (la bahía) es impresionante, el color del agua, qué deciros, y un montón de barcos de espectadores (por supuesto no tantos como en Vigo en 2005), Yo salí en un barquito un poco más grande que el de Daniel y Maricarmen con Amanda, María Bertrand y Helena de la Gándara (que hacían la retransmisión en directo de la salida para la web en español- qué grandes las tías! Con las olas, empapadas, por el suelo, y no pararon ni un momento), Eli, Jandro, y dos señoras sudafricanas que la verdad no sé muy bien qué hacían allí… Impresionante ver cómo andan estos barcos, y cómo se pararon y se agruparon en un “ya” los 8 de nuevo cuando el viento bajó de unos 20 nudos que había en un lado de la bahía a prácticamente cero… Os pongo unas cuantas fotos de María Muiña para que os hagáis una idea más gráfica de esto que os he estado contando…

Acabo de levantar la vista de nuevo para comprobar por dónde estamos ahora… Quedan todavía 4 horas para que lleguemos a Dubai y volamos sobre el Índico un poco más al Norte del Kilimanjaro…

Después de la salida tocó currar a saco paco, como no. Pero lo bueno, es que la “armada española”(es así como nos llaman en la sala de prensa, por lo visto: la Niña –yo-, la Pinta –Eli- y la Santa María –Muiña-) sabía que el domingo trabajaría por la mañana y que luego por la tarde podría estar un poco más libre…

Así que después de tener las fotos listas, el comunicado de prensa del domingo enviado, subidos videos y controlado que no había más material… ¡A coger el coche y ver mundo!!

Aprovechamos para irnos un ratito a una calita en Clifton. Tú vas por la carretera y vas viendo carteles: beach 1, beach 2, beach 3… y te paras en la que quieres. La calita estaba estupenda, pero el agua no debía estarlo tanto porque no había ni un alma bañándose… Yo la verdad ni probé, pero es bastante más fría que la del Atlántico Norte según dicen, así que para los del Mediterráneo ya ni os cuento cómo debía estar…

Estuvimos como una hora en la playa, momento que aproveché para hacer la primera llamada telefónica con éxito a casa, para luego irnos a Table Mountain. ¡Qué vistas, gente!

 A mí me pasó un poco como a mi padre cuando se fue a la mili, que lo llevaron a un sitio donde no sabía dónde estaba el Norte y se puso malito… Pues yo casi igualito (nas uñas ou nos pés has de amitar a quen es… E eu dou fe que nos pés amito a Daniel e Peregrina, e nas uñas dos pés, xa non che digho nada..), pero en mi caso fue porque no sabía dónde terminaba el mar y empezaba el cielo. Imposible distinguirlo, ¡increíble!

Nos quedamos para ver la puesta de sol, que el sitio apuntaba maneras, y no defraudó. No obstante, debo decir que la puesta de sol da ría de Arousa (véase Cambados, Vilanova, Lobería, Xiabre…) no tiene nada que envidiarle. A Eli le impresionó bastante más porque, como ella dice, “en Cataluña el sol se pone por la montañas”. Sí señora, una realidad.

Me acordé mucho de Pichón y María, porque seguro que les habría gustado, y de aquella vez que Berto, María y yo nos fuimos a subir la Serra del Cadí, en el Pirineo catalán.

El primer día llegamos bastante arriba, no recuerdo cuántos metros de altura exactamente. Al atardecer habíamos parado para montar la tienda de campaña, dormir y seguir subiendo al día siguiente. Recuerdo perfectamente aquel momento: la luz del sol escapándose entre las montañas, el aire frío y el sonido del viento… Sólo el viento… Pues una sensación similar tuve ese domingo, al atardecer, en Table Mountain, Sudáfrica… (Berto/Meri: despois baixamos a PU-IJ-CER-DÁ, así como suena… jeje).

Pronto se hizo de noche así que nos fuimos a casita para coger algo de abrigo (los cambios de temperatura en Cape Town son muy bruscos) y nos fuimos a cenar a Camps Bay a un sitio que tienen un pescado y sushi de los que te hacen la boca agua. No me podía ir de Sudáfrica sin tomarlo por última vez…

Y llegó el lunes… Curre por la mañana y por la tarde a aprovechar las últimas horas en el continente africano. Coche y….. a la reserva natural del Cabo de Buena Esperanza -el punto más Suroeste del continente africano- y Cape Point –donde se juntan el Océano Índico y Atlántico-.

Antes de llegar allí, que fue cuando por primera vez vi el Océano Índico, paramos en una zona de rocas, como una playita, en la que estaban tomando el sol unos….. ¡pingüinos!!!

Entre los pingüinos y Buena Esperanza, la “armada española” sufrió un altercado de esos que pasarán a la historia. Ya lo decía yo volviendo a casa por la noche: “Pinta, Santa María: esto lo contaremos a nuestros nietos cuando seamos abuelitas, seguro.”.

Pero os voy a dejar con las ganas y eso queda para el próximo post. No os lo perdáis porque hay incluso documentación gráfica…

Según la pantalla, pronto sobrevolaremos la punta del cuerno este de África. Quedan 1.840 km para que alcancemos Dubai. Esto es, 2:24 horas para que por primera vez en mi vida pise el continente asiático…

Bicos mil y gracias a todos los que dejáis comentarios. No os imagináis lo mucho que se agradecen!!!!